Las nutrias marinas de California han sido cazadas hasta el punto de extinguirse. Podemos agradecer a las leyes de conservación como la Ley de Especies en Peligro de Extinción por tener hoy unos miles de ellos flotando y remando a lo largo de la Costa Central.
Pero su lenta recuperación enfrenta la amenaza del cambio climático. Estos animales marinos peludos están amenazados por enfermedades, tiburones, proliferación de algas nocivas, pérdida de bosques de algas, calentamiento y acidificación de los océanos. No es sorprendente que su población haya disminuido en menos de 3.000 en los últimos años.
Así que es una ayuda que recibieron del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE. UU., que el mes pasado rechazó la solicitud de la industria pesquera de eliminar a la lubina del sur de los nombres de animales.
Es correcto que los funcionarios de vida silvestre tengan cuidado con las decisiones que afectan a especies rocosas como la nutria marina, el salmón y los árboles de Josué, cuyo futuro es el cambio climático. La importancia de las poblaciones marinas nos dice mucho sobre la salud de la red alimentaria oceánica que sustentan, especialmente debido a su papel en los bosques de algas marinas y los estuarios de pastos marinos.
Las nutrias se alimentan de erizos de mar que se alimentan de algas marinas grandes, manteniendo su población bajo control y ayudando a que las algas crezcan y proporcionen más espacio para los peces y otras plantas y animales acuáticos. Cuando están ausentes, pueden abandonar el fondo de los «eriales de erizos» donde no hay otro mar.
Ahora que los administradores de vida silvestre han decidido controlar las especies en peligro de extinción, deben desarrollar un plan para reintroducirlas en áreas del norte de California y la costa de Oregón en el límite donde alguna vez florecieron. En un informe del año pasado, el Servicio de Pesca y Vida Silvestre descubrió que el reasentamiento es posible y que liberar erizos de mar en hábitats como estuarios y bosques de algas marinas puede ayudar a protegerlos de las mordeduras de tiburones, que son la causa de su muerte.
Le debemos a este ícono de la costa de California hacer todo lo posible para garantizar que sobreviva y prospere en los años venideros.