Un nuevo informe de las Naciones Unidas sobre la pesca y el cambio climático muestra que los sistemas marinos australianos están sufriendo un rápido cambio medioambiental, siendo algunos de los mayores cambios provocados por el clima en el hemisferio sur.
Informes
Informes de todo el mundo han constatado que muchas especies de peces están cambiando su distribución. Este movimiento amenaza con perturbar la pesca tal y como la conocemos.
Aunque se prevé que el rápido cambio continúe, los investigadores y gestores están trabajando con los pescadores para garantizar una industria sostenible.
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Lecciones de todo el mundo
Los grandes cambios en la distribución y abundancia de las especies provocados por el clima son evidentes en todo el mundo. Mientras que algunas especies aumentarán, los modelos globales proyectan una disminución de las poblaciones de marisco en las regiones tropicales, donde la gente es la que menos puede permitirse alimentos alternativos.
La preocupación mundial por los cambios en los productos del mar ha llevado a la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) a encargar un nuevo informe sobre las repercusiones del cambio climático en la pesca y la acuicultura. Más de 90 expertos de unos 20 países contribuyeron, entre ellos nosotros.
El informe describe muchos ejemplos de cambios relacionados con el clima. Por ejemplo, el desplazamiento hacia el norte de la caballa europea en aguas islandesas ha provocado conflictos con estados pesqueros más meridionales, y aparentemente ha contribuido a la salida de Islandia de las negociaciones sobre su posible adhesión a la Unión Europea.
Los cambios en la abundancia y el comportamiento de los peces pueden provocar conflictos en las capturas, como ocurrió en la pesquería de langosta de Maine. Los efectos indirectos del cambio climático, como los brotes de enfermedades y las floraciones de algas, ya han cerrado temporalmente las pesquerías en varios países, como Estados Unidos y Australia.
Todos estos cambios repercuten a su vez en las personas que dependen del pescado para alimentarse y ganarse la vida.
El cambio climático y la pesca en Australia
El capítulo de Australia resume el rápido cambio oceánico en nuestra región. Las aguas del sureste y el suroeste de Australia son puntos especialmente calientes. Incluso nuestros océanos tropicales se están calentando casi el doble de rápido que la media mundial.
Más de 100 especies marinas australianas ya han empezado a desplazar su distribución hacia el sur. Las olas de calor marinas y otros fenómenos extremos han dañado las hierbas marinas, los bosques de algas, los manglares y los arrecifes de coral de Australia. Es evidente que los ecosistemas marinos y la pesca comercial de Australia ya se están viendo afectados por el cambio climático.
Dado que los cambios en los ecosistemas traspasan las fronteras estatales y nacionales, es necesaria una mayor coordinación entre todas las jurisdicciones australianas y entre todos los usuarios del medio marino.
Por ejemplo, hay que desarrollar una política para tratar las zonas de pesca fijas cuando cambia la distribución de las especies. La política pesquera, la gestión y los métodos de evaluación deben prepararse tanto para los cambios a largo plazo como para los acontecimientos extremos. Las pesquerías australianas ya han cambiado a objetivos más conservadores que han permitido una mayor resistencia ecológica.
Si la productividad de las poblaciones cambia, pueden ser necesarios cambios adicionales en las cuotas. En las zonas en las que el clima cambia con rapidez, se necesitarán respuestas ágiles de gestión para poder actuar con rapidez y ajustarse cuando se disponga de nueva información. En última instancia, es posible que tengamos que dirigirnos a nuevas especies. Esto significa que los australianos tendrán que adaptarse a comprar (y cocinar) nuevos tipos de pescado.
